Todos estamos escandalizados por los incendios del Amazonas, pero ¿qué pasa con África? La NASA ha difundido recientemente unas imágenes tomada por uno de sus satélites que mostraba como los incendios producidos en África central superaban con creces los incendios del Amazonas, por lo que ha causado un gran revuelo mundial.
En la República Democrática del Congo y Angola han habido más de 10.000 fuegos activos, mientras que en el Amazonas contábamos con 2.127 focos activos.
Debido al gran revuelo mediático que ha producido esta noticia, Emmanuel Macron anunciaba en la cumbre del G7 la posibilidad de destinar fondos para acabar con los incendios tanto del país sudamericano como africano. No obstante, los expertos afirman que se tratan de fenómenos distintos.
En África estos incendios suceden año tras año siguiendo técnicas pastorales y agrícolas que se han llevado a cabo durante centenares de años para favorecer la aparición de plantas, para fomentar la caza, para eliminar plagas y para realizar limpiezas para el pastoreo. Según los expertos, estos incendios solo afectan a tierras de cultivo y pastizales, salvando las zonas boscosas.
De hecho, se estima que el 90% de los incendios producidos en África no generan daño importantes, pero sí favorecen a la comunidad.
Según Peter Moore, especialista en gestión de fuegos del departamento de Bosques de la FAO, se trata del sistema empleado por la mayoría de agricultores debido a que el coste es muy inferior al de otras técnicas mecanizadas de la agricultura. Asimismo, las cenizas que se producen tras estos incendios aportan nutrientes a la tierra en la que posteriormente cultivaran, pero no hay que olvidar que esta acción acelera el proceso de erosión del suelo si no se controla adecuadamente.
Aunque la mayoría de estos incendios sean intencionados para favorecer la agricultura y el pastoreo, no hay que olvidar que el 10% de éstos quedan fuera de control.